01. WHERE'S THE DONKEY SHOW, MR. MARIACHI?
"Tijuana fue la causa por la que James Dean tuvo unos
cuernos de toro en su departamento neoyorquino."
Details Magazine.
(1. El eterno inconforme es un lÃder de derechas y sale casi a diario en los periódicos.)
(2. Esa chica rara tuvo una época atroz, un aborto y un intento de suicidio; ahora se pasea arrogante y nunca responde a nuestro saludo.)
(3. Los pequeños idiotas e indeseables del salón van por la vida de cuello blanco y corbata para disfrutar tangiblemente el escurridizo éxito.)
¿Y ahora qué?, le pregunte una noche al salir juntos de una fiesta. (Creo que
fue una buena pregunta ¿no?). Ella, al verme totalmente ebrio, me quito las llaves del auto y se ofreció a llevarme en el suyo a casa. En el camino le confesé lo que mis buenos amigos me habÃan dicho: "No te preocupes, estamos chamacos y todo va a salir bien". (¡Qué risa nos dio! que estúpidos fuimos, somos y seremos). Y proseguÃ: "¿Puedes ver el estado de situación?
Los maestros y nuestros padres nos decÃan, nos prometÃan, nos mentÃan: el futuro
es de ustedes. Ahora me pregunto ¿es qué acaso no lo sabÃan?, es que no se enteran que la vida te enseña, la vida se ensaña y nunca conoces el por qué". (Suena desolador pero no era asÃ, hasta entonces todo marchaba bien, se los juro). No sé quién empezó la discusión, ella o yo, pero al llegar a mi casa me baje furioso del auto y le estrelle en el vidrio delantero la botella de whiskey que me habÃa robado de la fiesta; ella no me hizo ningún reclamo tan sólo se marchó y, más enojada por mi estupidez que por el cristal roto, dejo de hablarme por teléfono casi seis meses.(4. Mi mejor amiga antes bailaba y reÃa mucho, ahora triste no acepta, como tantos otros, el fracaso de su matrimonio. Rueda mi mente pensando en que nuestros posibles hijos hubieran sido más bellos y divertidos.)
Recuerdo que, por esa y otras tantas razones difÃciles de admitir, un dÃa triste de agosto de mil nueve noventa y dos me fui de aquà porque querÃa olvidar, pero al mes volvà a mi casa. A mi ciudad. No podÃa escapar de mi historia y de mi vida en paralelo con ella. Y ella siempre me lo advirtió: todos nos podemos equivocar, la vida te atrapa y a veces, sin merecerlo, te da una segunda oportunidad. (Para eso, yo ya estaba a punto de alcanzar mi revólver, harto de proteger mi humanidad ante una multitud de falsos sueños). En ese instante de confrontación y crisis existencial comprendà que no todos nacimos para ser juniors y que yo apenas estaba aprendiendo a vivir la vida de trabajo y sufrimiento, una tarea larga y aburrida que mutila algo más que ilusiones.
(5. La chica tÃmida, que nunca supo en donde tenÃa el clÃtoris, se cambió de religión y se perdió dos años en rumbos extraños; en su equipaje llevaba nuestra amista y hasta la fecha, ella no sabe en que sitio la perdió.)
Casi diez años después, en nuestras reuniones todos mis amigos de escuela hablan de sus hijos, de sus coches, de terrenos y vacaciones, de aventuras y divorcios, de mil cosas. Pero ninguno habla de sus sueños más personales, esos sueños que creo se perdieron con el paso del tiempo, entre las opciones y los deberes con los que nos tantea y distrae la vida. (¿Qué es eso de sentar cabeza, carajo? una nueva táctica experimental o el asunto ese de la madurez). Todos corren tras el dinero y yo... ya no me atrevo: se me acabaron las ganas, me quede sin speed. Justo ahÃ, en una de esas fiestas, me entere que...(6. Ese chico tan hablantÃn se canso representar ante nuestros ojos una insÃpida mentira: ahora, para sorpresa de todos, vive feliz con su simpático novio y le importa un comino si lo aceptamos o no.
Mis mejores amigos, mis compañeros de escuela y cómplices de aventura son más que extraños. Muchos de ellos, aspirantes de viajes autónomos, escogieron reintegrarse y formar parte del rebaño y ya no quieren acordarse de las fiestas en las que disfrazados nos reÃmos tanto. Yo ya no entiendo su lenguaje, ni ellos el mÃo. (Por cierto, nunca ha sido una cosa que me preocupe mucho). Los únicos que parecen entender de qué va el rollo son esa pareja -ella en eterna dieta y él experto en computadoras y música heavy de los ochentas- que adopto a un niño mongolo; ellos, divertidos y muy viscerales, son los únicos que siguen en la misma sintonÃa de furor adolescente, videando pelÃculas porno y pidiendo por teléfono pizza a domicilio.
(7. Aquel otro murió de forma chistosa -no preguntes como- luego de enterarse por celular que su padre en bancarrota se habÃa volado los sesos.
Yo no me explico en qué fallamos, el trato era no ser iguales a nuestros padres, pero esa noche al salir del último party se rompieron los lazos. (Tengo el momento justo grabado en video). Es triste admitirlo, pero no hay amigos para siempre. Es inevitable, sucede y, ahora sólo quedamos ella y yo hablando por teléfono, riéndonos al recordar que, en esa última reunión, alguien me preguntó: "Y ahora Fer, ¿cuáles son tus planes?". Yo, sin un dejo de ironÃa en mi voz, dije: "Este año sà quiero aprender a manejar correctamente" y me eché a reÃr otra vez.------------------------------
revision 2004: Un texto para responder al "Oye, ¿tu que has hecho con tu vida? ". El motivo por el cual no me invitan ya a las fiestas de generacion de mi primera carrera.